Cuando era el presentador más veterano del concurso de televisión El precio justo, Barker terminaba cada episodio instando a los espectadores a luchar contra el abandono de animales de compañía con estas palabras: "Bob Barker, les recuerdo que ayuden a controlar la población de animales de compañía: esterilicen o castren a sus mascotas. Adiós a todos". Fue la señal de un compromiso de por vida con los derechos de los animales. Barker continuó con esta petición hasta su última aparición en televisión.

Veterano de guerra de la Marina de EE.UU., Barker volvió a dirigir su mirada a los mares cuando donó generosamente los fondos para que Sea Shepherd consiguiera un barco en un intento de poner fin a la caza de ballenas en el Antártico. En 2009, el barco fue adquirido y bautizado en su honor. 

Durante seis años, el Bob Barker persiguió a la flota ballenera japonesa por todo el continente antártico. En un año, las planchas del casco se doblaron y los raíles de acero se doblaron, ya que el Bob Barker se interpuso entre un matadero flotante de ballenas de 8.000 toneladas y un petrolero de reabastecimiento de 5.000 toneladas, impidiendo con éxito que el primero se abasteciera de combustible y obligando a la flota ballenera a terminar su temporada antes de tiempo. 

La adquisición del buque de Bob Barker y su incorporación a la flota de Sea Shepherd, marcó el principio del fin de la caza de ballenas en el Océano Antártico, que cesó poco después.  

Una vez cumplido el sueño del Sr. Barker de acabar con la caza de ballenas en los océanos australes, su buque continuó defendiendo la Antártida. 

En 2015, el Bob Barker estableció el récord mundial de la persecución marítima más larga de la historia, persiguiendo al buque furtivo más notorio del mundo, un pesquero buscado internacionalmente llamado Thunder, durante 110 días, saliendo de la Antártida y atravesando tres océanos y recorriendo 11.000 millas náuticas hasta que el capitán del Thunder, hundió su propio barco en un intento de destruir las pruebas que llevaba a bordo. 

El capitán del Thunder llegó a decir más tarde que en cuanto vio el nombre de Bob Barker escrito en el casco del barco que le interceptó, supo que estaba en problemas. 

Desde entonces, en ningún sitio era más conocido el nombre del Sr. Barker que entre los pescadores ilegales. El buque que llevaba orgullosamente su nombre llegaría a detener a docenas de otros buques de pesca furtiva en todo el continente africano, salvando la vida de millones de animales. El barco se retiró el año pasado tras trece años de leal servicio.