News

Los delfines de Zoo madrid en el punto de mira de Seprona

Martes, 11 Jun, 2019

La asociación Proyecto Gran Simio presentó hace una semana ante el Seprona una denuncia, que ha sido aceptada, en base a las imágenes obtenidas por equipos encubiertos de la Operación 404 de Sea Shepherd Conservation Society. En ella se pone el foco en las consecuencias de la cautividad, concretamente en la de los delfines que viven en Madrid, y se hace referencia al estado de los animales.

Pedro Pozas, el director ejecutivo de Proyecto Gran Simio, entregó a los agentes varias fotografías, un vídeo y la conclusión del veterinario Agustín González, con experiencia en animales salvajes marinos tras trabajar con cetáceos durante 15 años en el área de Medio Ambiente de Canarias. “Vi el informe veterinario y se me cayó el alma a los pies. Así que decidimos denunciarlo como representantes de una asociación animalista”, explica Pozas.

LEER LA DENUNCIA DE PROYECTO GRAN SIMIO

Detalle de la lesión en el morro de Guarina

El informe del veterinario determina que los nueve delfines mulares del acuario de Madrid están enfermos como consecuencia de la cautividad, aunque pone el foco en Lala y Guarina. Los nueve sufren problemas oculares —“probablemente por el contacto continuo con el cloro”— y ellas dos, además, tienen lesiones cutáneas. “En las imágenes se aprecia con claridad que un ejemplar tiene todo su cuerpo ocupado por unas lesiones dermatológicas ulcerativas con forma de cráter, las lesiones van desde la cabeza a la parte posterior, llegando hasta la aleta caudal. Las lesiones tienen varios centímetros de diámetro y están en distintas fases de evolución, desde inflamación, abultamiento, eritema, nódulos, hasta una úlcera con cierta profundidad, es decir, diversos estadíos de dicha patología o enfermedad dermatológica”.

Informe veterinario
En la prensa nacional

El día de ayer toda la prensa nacional se hizo eco de la noticia, incluso llegando a los informativos del medio día

Leer el artículo de EL PAIS aquí

Leer más sobre la Operación 404

Más allá de los hechos en sí, este conflicto pone sobre la mesa un debate ético sobre la conveniencia o no de criar animales encerrados en una piscina cuando su vida natural se desarrolla en el mar. Para las asociaciones animalistas, esto es una aberración. Para el acuario, una acusación injusta que no tiene en cuenta la labor educativa, de conservación y de investigación que llevan a cabo.

“Es una salvajada. Los delfines nadan una media de 100 kilómetros al día cuando están en libertad. Hacen mucho ejercicio. Cuando están en cautiverio dan vueltas en una piscina y viven todo el día en el mismo sitio, donde comen y defecan. Necesitan limpiar el agua con cloro, porque viven entre bacterias, por eso tienen los ojos cerrados”, analiza González.

Además, continúa el veterinario, estos cetáceos son muy selectivos, eligen sus propios grupos, que suelen estar compuestos por 80 ejemplares, y se comunican con sonidos agudos que en una piscina rebotan en las paredes, “y hace que se vuelvan locos”.

Detalle de las lesiones cutáneas de Lala
Lala en el espectáculo
Compartir

Noticias relacionadas