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¿Qué está en juego en las aguas africanas?

Sábado, 15 Sep, 2018

La rica biodiversidad de la costa africana proporciona un hábitat vital para una enorme cantidad de fauna marina. La primera asociación de Sea Shepherd en África para combatir la pesca ilegal comenzó en Gabón. Descrito como el "Último Edén de África", Gabón estableció recientemente la mayor red de áreas marinas protegidas del continente, con aguas prístinas donde se encuentran muchas especies de atunes, tortugas marinas, tiburones martillo, rayas y especies migratorias como tiburones ballena, ballenas jorobadas y ballenas de Bryde. El atún y los tiburones migran a lo largo de los corredores que atraviesan el Gran Ecosistema Marino de la Corriente de Guinea, incluida la costa de África Occidental de Liberia y las nuevas áreas protegidas marinas de Gabón; y en Tanzania, en la Región del Océano Índico Occidental, los bosques de manglares proporcionan un hábitat crítico para los peces, aves migratorias, tortugas marinas, dugongos y marsopas.

Barcos de pesca artesanales en la playa en tanzania. Foto de Christophe Loebl / Sea Shepherd.

La mayoría de la gente sabe que los icónicos elefantes, rinocerontes y gorilas de África necesitan protección contra los cazadores furtivos, pero pocas personas se dan cuenta de que las actividades de pesca ilegal también están acabando con la preciada vida marina de África. A medida que las reservas pequeras en Europa y otras partes del mundo han sido sobre explotadas hasta su total colapso, las flotas pesqueras extranjeras comenzaron a llegar a las aguas de los países africanos para aprovechar las ricas zonas de pesca del continente. Con las modernas tecnologías de pesca industrial que tenemos hoy, tales como redes de arrastre de fondo, redes de cerco y dispositivos de agregación de peces (DCP), estas flotas pueden saquear fácilmente las aguas costeras africanas si no se respetan de una forma estricta las cuotas y las prácticas sostenibles. Además, como los recursos económicos de muchos estados costeros africanos son limitados, existen desafíos en el monitoreo, control y vigilancia. Este problema de falta de recursos para controlar sus aguas es aprovechado por los buques pesqueros que operan sin licencia, pescan con artes de pesca prohibidos y / o pescan ilegalmente en áreas restringidas o protegidas.

Peces atrapados en una red de buques de pesca industrial. Foto de maremon Ager / Sea Shepherd.

Desafortunadamente, las aguas de muchos estados costeros e isleños africanos están plagados de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR). Algunos son cazadores furtivos, que roban peces de las aguas de los estados costeros africanos sin permiso. Otros pueden ser flotas pesqueras comerciales legales que capturan más peces o peces diferentes de lo que permite su licencia. Rara vez hay registros precisos de la cantidad de tiburones, tortugas, ballenas, rayas y otras especies que no son objetivo y, a menudo, en peligro de extinción (conocidas como captura incidental) que murieron accidentalmente por artes de pesca no selectivos. La vigilancia y el monitoreo de las flotas pesqueras en el mar a menudo carecen de recursos suficientes, lo que permite a las flotas sin escrúpulos operar con total impunidad, diezmar las poblaciones locales de peces, pescar con dispositivos ilegales como las redes de enmalle prohibidas y destruir el hábitat marino con la pesca de arrastre de fondo y el tráfico de madera de mangrove, que se encuentra protegida. Si las tendencias actuales continúan, para el 2048 muchas de las principales pesquerías del mundo colapsarán. Actualmente, dos tercios de las pesquerías del mundo están totalmente explotadas, otro 26% está sobreexplotado, lo que significa que solo el 10% de las pesquerías del mundo están sanas. Cuando la pesca INDNR representa el 15-40% de la captura mundial, detener a estos operadores ilegales es esencial para salvar el colapso de los océanos. Además, los delitos de pesca ilegal se cometen a menudo junto con delitos de como la falsificación documental, el fraude, la evasión fiscal y el tráfico de personas. El tráfico de vida silvestre se ha vuelto tan lucrativo, y el riesgo de ser descubiertos tan bajo, que genera más dinero para los sindicatos del crimen organizado, que las armas o las el negocio del narcotráfico.

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Tiburones muertos como captura incidental por un barco de pesca comercial en Gabón. Foto de Alejandra Gimeno / Sea Shepherd.
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