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"El archipiélago de la Toscana es un lugar natural de la foca monje", dijo el director de Sea Shepherd Italia, Andrea Morello, quien explica que, tras la exitosa campaña del año pasado, parece que las focas monje se están recuperando allí. "Avistamos una a principios de año en Capraia (ver vídeo). ¿La clave? Ahora tienen menos barcos de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) en este archipiélago, y mucho pulpo para comer, su alimento favorito, que constituye aproximadamente la mitad de su dieta.

En 2022, gracias a los acuerdos alcanzados con el Parque Nacional Arcipelago Toscano y la Guardia di Finanza de Toscana, Sea Shepherd Italia empezó a patrullar la costa del parque para evitar la pesca furtiva. Pero lo que encontraron fue sorprendente: una extensa red de pesca ilegal, formada por decenas de miles de trampas para pulpos, que yacían en el fondo marino a lo largo de 40 kilómetros de costa. Un verdadero desastre medioambiental, entre los más espantosos que Sea Shepherd Italia haya encontrado jamás.

La tripulación consiguió confiscar más de 7600 nasas, entregándolas a la Guardia Financiera, y salvando miles de vidas de pulpos.

Este año, Sea Shepherd volvió a bordo del Sea Eagle, codo con codo con la Guardia di Finanza (GdF) una vez más, listos para la acción.

La estrategia de la GdF italiana es permitir a los pescadores legales compartir la posición de sus artes de pesca. Normalmente deben retirar sus trampas cuando la temporada legal llega a su fin (las trampas para pulpo están prohibidas durante la temporada de reproducción, del 15 de julio al 15 de agosto). Gracias a esta estrategia, aún confiscamos 3.400 trampas. La buena noticia: este año no hay ninguna trampa ilegal en el agua durante la temporada de reproducción.

Gracias al increíble éxito de la campaña del año pasado, nuestros esfuerzos están dando sus frutos. "Se puede ver nuestro impacto, ya hay más vida, tanto de pulpo como incluso de calamar. Es increíble. Si lo piensas, una hembra de pulpo preñada en una trampa puede tener 1200 huevos, así que puedes imaginarte con cientos de trampas retiradas, cuánta más vida hay ahora".

La rigurosa documentación de la campaña garantiza que se contabiliza cada vida salvada, y de momento las estadísticas no fallan: "Este año hay un 50% menos de trampas para pulpos en la zona protegida que el año pasado", dice Morello. Y eso sólo pueden ser buenas noticias para las focas monje.

Los éxitos de la campaña Monachus en el archipiélago toscano sirven como testimonio de lo que la dedicación inquebrantable de nuestra tripulación, combinada con estrategias innovadoras, puede conseguir en nuestra misión de conservación marina.