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Operación Icefish - Sea Shepherd lanza una nueva campaña en el Océano Austral

Martes, 16 Sep, 2014

Tras la victoria de Sea Shepherd salvando a 748 ballenas amenazadas y protegidas durante la temporada ballenera 2013/2014, la Corte Internacional de Justicia emitía un veredicto sin precedentes declarando ilegal el programa ballenero japonés en la Antártida.

Poco después, el gobierno japonés anunciaba que, a pesar del trascendental veredicto por parte de la máxima autoridad judicial, la flota ballenera regresará al Océano Austral para la temporada de verano austral 2014/15 para llevar a cabo estudios no letales en ballenas con la intención de reanudar las operaciones balleneras letales la siguiente temporada.

Sea Shepherd está preparando su flota de barcos para enfrentarse nuevamente a los furtivos de ballenas japoneses si deciden reanudar las operaciones balleneras la próxima temporada.

Sin embargo, si los furtivos cumplen su promesa de no matar ballenas, entonces Sea Shepherd aprovechará la oportunidad para centrarse en las operaciones de pesca ilegal de austromeluza negra y austromerluza antártica en el Océano Austral, pasando de proteger ballenas amenazadas a proteger especies de peces vulnerables y el delicado ecosistema marino en el que habitan.

Tanto la merluza patagónica como la antártica son especies con un ciclo de vida largo; y eso las hace especialmente suscepcibles a una sobre-explotacion, por lo mucho que les cuesta alcanzar la madurez sexual y su alto valor en el mercado. Se diferencian por vivir en aguas antárticas en profundidades que oscilan desde los 300 a los 2500 metros; las aguas más frias del planeta. A consecuencia de esto, la merluza negra ha evolucionado para producir unas proteinas de anticongelantes en sus tejidos, de las cuales se conoce muy poco hasta la fecha por falta de investigacion al respecto. La pesca ilegal ha demostrado tener un efecto devastador en las poblaciones de merluza, haciendo que desaparezcan en ciertas zonas de pesca.

“La Operación Icefish será la primera campaña de este tipo, utilizando innovadoras tácticas de acción directa para hacer cumplir la ley y evitar que ocurra como ahora que los operadores ilegales de merluza se aprovechan de que nadie la hace cumplir. El Bob Barker y el Sam Simon partirán de Hobart, Australia, y de Wellington, Nueva Zelanda, respectivamente, para detener a los furtivos ilegales en aguas antárticas. Las operaciones de pesca ilegales serán documentadas, reportadas y confrontadas. El equipo de pesca ilegal será confiscado y desechado.

“Durante el curso de la Operación Icefish, Sea Shepherd, en una apuesta por conseguir realizar algún arresto civil, patrullará la zona gris en la que se mueven la media docena de operadores furtivos de austromerluza negra y antártica que continúan explotando, fuera del alcance de la ley, las poblaciones vulnerables de estos peces,” decía el Capitán Peter Hammarstedt, Director de Operaciones Navales de Sea Shepherd Global.

Los buques de pesca ilegal de merluza actuan en al margen de la ley, por las dificultades tecnicas y logisticas que tienen los cuerpos de seguridad habituales para controlar sus actividades. Los furtivos cambian el nombre a los barcos constantemente, cambian su pabellon, se transfieren entre distintas empresas tapadera y utilizan banderas de conveniencia. Lo que es más importante, los pescadores ilegales de merluza actuan en las zonas más remotas del oceano austral para evitar ser detectados por la falta de vigilancia de las zonas.

Jeff Hansen speaking in Hobart

A comienzos del siglo, cerca de un tercio de la captura de merluza provenia de la pesca INDNR. Sin embargo, gracias a un aumento en patrullas y vigilancia tanto en aguas territoriales como zonas economicas exclusivas por los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda, combinado con otras medidas de conservacion, los organos observadores creen que se ha reducido significativamente el número de pesca INDNR en estas zonas que antes estaban sobre-explotadas; como las Islas Heard y McDonald australianas. Pero sin embargo, la pesca ilegal se ha desplazado a lo que ahora Sea Shepherd llama "Shadowlands", en el oceano austral.  Zonas fuera de la jurisdiccion nacional de cualquier país con un tráfico marítimo muy reducido, practicamente indetectables. La pesca INDNR se ha desplazado a las poblaciones más jóvenes de merluza, que no cuentan con la misma protección de vigilancia y patrulla.

“Durante el curso de la Operación Icefish, Sea Shepherd, en una apuesta por conseguir realizar algún arresto civil, patrullará la zona gris en la que se mueven la media docena de operadores furtivos de austromerluza negra y antártica que continúan explotando, fuera del alcance de la ley, las poblaciones vulnerables de estos peces,” decía el Capitán Peter Hammarstedt, Director de Operaciones Navales de Sea Shepherd Global.

“Durante varias de nuestras anteriores campañas al Océano Austral nos hemos encontrado con palangres ilegales. Hace tiempo que teníamos en nuestra agenda la intervención en contra de estos pesqueros. Hay que detener la pesca ilegal y no reglamentada de austromerluza negra y austromerluza antártica y Sea Shepherd dispone de la pasión y los recursos para hacerlo,” decía el Capitán Alex Cornelissen, Director Ejecutivo de Sea Shepherd Global.

“Ya sean cazadores furtivos de ballenas o pescadores furtivos de merluza, Sea Shepherd tiene la determinación de no perder de vista la conocida a veces como la “última frontera”, la naturaleza salvaje del Océano Austral, cuya importancia global es vital y merece de la máxima protección. Quedan pocos sitios en el mundo con una naturaleza salvaje tan inmensa,” decía Jeff Hansen, Director de Sea Shepherd Australia.

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